Meditación de la Sonrisa :-)
La sonrisa es una poderosa herramienta a disposición de cualquier persona que, entre otras cosa, nos permite:
- Mejorar el estado de ánimo y el humor.
- Nos protege del estrés, ya que provoca la relajación del cuerpo
- Alivia el dolor y genera bienestar y felicidad porque libera hormonas responsables de estas funciones (endorfinas y serotonina).
- Favorece las relaciones con uno mismo y con los demás.
- Potencia tu atractivo físico y mental, puesto que ayuda a ser más positivos y alegres.
- Etc, etc, etc…
Y además ¡es contagiosa!… Si te apetece, puedes comprobarlo con este vídeo… ya me dirás qué ocurre y cómo te sientes después de verlo 😉
Todo esto no se refiere a esa sonrisa “educada” que a veces dibujamos con cierto esfuerzo, sino a esa otra sonrisa amplia que hace brillar tus ojos, abre ampliamente tu boca e ilumina tu cara, tus pasos y tu entorno… ¡Todo lo ilumina!
Sí, ya sé que no siempre es fácil sonreír y que a unas personas les cuesta más que a otras, pero hay una noticia excelente:
La sonrisa se puede entrenar, sus beneficios se disfrutan desde el principio y en poco tiempo podrás sonreír de manera espontánea y natural.
Una de las formas para entrenarla es esta técnica de meditación que te presento hoy: La meditación de la sonrisa.
Accede directamente a lo que más te interese:
Recomendación
Es difícil leer y hacer la práctica al mismo tiempo, así que te recomiendo que primero leas cómo se hace, tranquilamente… dejando pequeños espacios allí donde hay puntos suspensivos… o donde tú mism@ consideres… sin prisa… dejando que la lectura ya sea una pequeña práctica…
Y después, a continuación o en otro momento que te venga mejor, realiza la práctica a tu propio ritmo…
No te preocupes si no la haces al pie de la letra, no pasa nada. Lo importante es que te quedes con el sentido de la práctica y después la adaptes según tu propio ritmo, lenguaje y creatividad…
Vamos allá…
Preparar la meditación
Elige un lugar en el que te encuentres cómod@ y un momento en el que puedas estar tranquil@ y sin interrupciones… Necesitarás unos 10-15 minutos.
Adopta una posición cómoda: puedes sentarte en una silla, en el suelo con las piernas cruzadas o estiradas o tumbarte en una alfombra o una cama… Si eliges tumbarte, ¡ojo con quedarte dormido!… aunque si te duermes, no pasa nada, disfrútalo y ya harás la meditación en otro momento 🙂
Toma una respiración profunda, llena los pulmones inspirando por la nariz y sueeeeeeelta todo el aire espirando por la boca.
Una vez más, inspira, toma aire… y sueeeeeelta por la boca… permite que todo el cuerpo se suelte y se relaje con la exhalación…
Última vez, inspira, toma aire… y sueeeeeelta por la boca…
Alarga ahora la columna… alarga la nuca recogiendo ligeramente la barbilla hacia el pecho…
Relaja los hombros y los brazos… deja que las manos descansen cómodamente en tu regazo… puedes colocarlas en el centro, una sobre otra o bien una en cada pierna… como más cómodo te sea.
Si eliges tumbarte en el suelo, deja que los brazos descansen a lo largo del cuerpo con las palmas de las manos hacia arriba.
Para esta técnica te recomiendo cerrar los ojos porque lleva una visualización incorporada y te resultará más fácil de hacer, así que, si no los has cerrado ya de forma natural, te invito a hacerlo en este momento.
Meditación de la sonrisa: Sonríe al mundo
Imagina que delante de ti aparece una persona… es una persona con una cara sonriente… quizás es alguien que conoces… algún famos@… algún amig@… quizás eres tu mism@…
Lleva la atención a su cara y fíjate en su sonrisa… déjate inundar por su sonrisa… es una de esas sonrisas inspiradoras… serena… alegre… acogedora…
Continúa observando esa sonrisa y permite que tu propia cara vaya dibujando la suya… como respondiendo a esa sonrisa serena, abierta, acogedora…
… deja que las mejillas se recojan hacia atrás… permite que tu boca se ensanche y se abra… que tus ojos se entornen y se vuelvan brillantes, alegres…
Quédate ahí unos instantes, mirando esa sonrisa… permitiéndote sonreírle… como si pudieras hablar con esa persona a través de la sonrisa…
Y manteniendo tu propia sonrisa abierta, alegre, acogedora… dirige ahora la atención hacia tus pies… sonríe a tus pies… esos pies que sostienen tu cuerpo… que te ayudan a mantener la verticalidad… agradéceles que te sostengan a través de esa sonrisa amplia, acogedora……
… ve llevando la atención a lo largo de tus piernas y regálales esa sonrisa… sonríe a las piernas que te ayudan a caminar, que te llevan de un lado a otro…
No tengas prisa… detente en cada sitio el tiempo que te apetezca…
Continuamos subiendo por el tronco… las caderas, el vientre, las nalgas… sonríe a esta zona en la que reside la creatividad… tus órganos sexuales, que te permiten crear vida y también gozar y disfrutar… regálales tu sonrisa… mírales… sonríeles…
Avanzamos hacia el abdomen… donde se encuentran todos los órganos que intervienen en la digestión… que te permiten alimentarte, absorber los nutrientes que necesitas, eliminar lo que tu cuerpo no necesita…
… sonríe a tu zona abdominal, a los riñones, el estómago, los intestinos… sonríe y comunícales tu agradecimiento por el trabajo que hacen para ti…
Subimos un poco más, hacia el pecho y la zona alta de la espalda… continúa sonriendo… encuéntrate con los pulmones, con el corazón… los órganos vitales que respiran y laten para ti en cada instante de tu vida… aunque tú no te des cuenta… regálales tu amplia sonrisa alegre y acogedora… permanece con ellos el tiempo que te apetezca… recréate en tu sonrisa…
Seguimos sonriendo hacia los hombros, los brazos, las manos… que nos permiten dar y recibir… coger de la mano… acariciar… saludar… sonríe a tus hombros, brazos y manos…
Pasamos sonriendo a lo largo del cuello y llegamos a la cabeza… donde residen la mayor parte de tus órganos perceptores… los ojos… la boca… la nariz… los oídos… sonríe a todos ellos y agradéceles toda la información y el disfrute que te proporcionan: paisajes, sabores, aromas, sonidos… sonríe…
Sonríe también a tu cerebro… a tu mente… sabia, inquieta, rebelde, habladora… dispuesta para ti… sonríe y agradece su función… puedes pensar, razonar, imaginar, aprender… despliega tu sonrisa hacia tu mente…
Sonríe a todo tu cuerpo, a toda tu piel… y sonríe también a tus emociones… la tristeza, la ira, la alegría… todas están disponibles para ti… aunque a veces no las entiendas, pero todas están para ti, para expresarte en cada momento, para enseñarte, para ayudarte… sonríe a tus emociones…
Sonríe a tus sentimientos, a tus pensamientos, a tus ideas, a tus devaneos… sonríe a tus inquietudes, a tus valores, a tus motivaciones… sonríe con tus ojos, con tu boca, con tus mejillas… sonrisa amplia, abierta, alegre acogedora…
Sonríe a tu alma… sonríe a todo tu Ser… a todo lo que tú eres… a todo lo que hay en ti… Sonríe…
Salir de la meditación
Cuando te apetezca, vuelve la atención hacia tu propia sonrisa, observa por unos instantes cómo es… la expresión de tu boca, de tus ojos, de tus mejillas… y sonríe también a tu propia sonrisa…
Después, toma una respiración profunda, inspira por la nariz llenando los pulmones… y suelta lentamente también por la nariz…
Poco a poco ve tomando consciencia del lugar en el que te encuentras, del momento del día que es y, cuando te sientas preparad@, abres los ojos, aquí… ahora…
… Que tu sonrisa continúe brillando 🙂
Te invito a leer también estos post relacionados:
- Cómo empezar a meditar
- Cómo mantener una mente sana
- Atención a la respiración: Las 40 respiraciones
- El poder de la sonrisa
Cada dia de mi vida aprendo alguna cosa que me hace crecer.
Gracias por compartirlo.