Práctica Mindfulness: STOP

Stop Mindfulness

STOP

Con estas cuatro letras describimos una de las principales prácticas de Mindfulness, sencilla, aplicable en cualquier momento y que te aportará múltiples beneficios.

Es una de las técnicas que primero se aprende, ya que nos ayuda a salir del automatismo mental y entrar en el modo consciente.

En este post te cuento en qué consiste y cómo practicarla. También te cuento un truco para asegurarte el éxito de la práctica.

La técnica

STOP es una palabra que todos conocemos y sabemos que significa “Parar” y en eso consiste precisamente la técnica, en Parar un instante… como cuando te encuentras un stop en la carretera y paras a mirar si viene alguien por los lados.

No se trata de buscar un tiempo y un lugar para hacerlo sino de

interrumpir brevemente la actividad que estés haciendo para darte cuenta de cómo estás tú.

Utilizamos la palabra STOP porque además nos sirve para recordar cómo es la técnica, ya que cada una de sus letras, nos indica un paso de la misma:

S => Stop, Para…

T => Toma una respiración: Inhala… Exhala…

O => Observa… ¿Cómo estás?…: cuál es tu emoción, qué pensamientos hay en tu mente, cómo está tu cuerpo…

P => Prosigue… Continúa con lo que estabas haciendo…

Sencillo, no?

Stop, Toma una respiración, Observa, Prosigue.

Cómo se practica STOP Mindfulness

Una de las características más atrayentes de esta técnica es su corta duración. Hablamos de una pausa que puede ir de los 30 segundos a los 2 o 3 minutos.

En este tiempo, tomamos una respiración que nos sirve para separar lo que estábamos haciendo de lo que vamos a hacer ahora. Puede ser una o dos respiraciones… y si te apetece alguna más, también…

A continuación, observas y haces un chequeo rápido de:

  • Cuál es tu estado emocional y energético: te sientes cansada, activa, inquieta, alegre, enfadada, etc.
  • Qué pensamientos hay en tu mente: están relacionados con lo que estabas haciendo en este momento, se referían a algo que te ocurrió anteriormente, es algo que tienes pendiente de hacer, etc.
  • Como está tu cuerpo: ¿sientes alguna zona especialmente sensible? ¿tienes frío, calor…? ¿cuál es tu postura? ¿y la expresión de tu cara?

Y por último, prosigues con lo que estabas haciendo…  sin cambiar nada… ¿o sí?… Ahora puedes elegir…

El hecho de hacer esta pequeña pausa, ya te va a hacer continuar con tu tarea “de otra manera”:

teniéndote en cuenta, consciente de cómo estás tú en ese momento,

… y quizás, consciente de cómo te influye a ti esa actividad, cómo influyes tú en ella y un montón de cosas más.

Cuándo hacer un STOP Mindfulness

En general, salvo que estés en medio de una catástrofe o situación de emergencia, puedes hacer una parada en cualquier momento.

Lo ideal es hacer un Stop varias veces al día… De tres a cinco, te diría yo; pero solo es un número orientativo.

Cuantas más veces lo hagas, más rápido se acostumbrará tu mente, más fácil te resultará y más disfrutarás de los beneficios y de tu propia compañía.

Según mi experiencia, el Stop es especialmente gratificante y beneficioso cuando:

  • cambias de una actividad a otra,
  • vas a hacer algo importante,
  • estás agobiad@ en medio de “un marrón”,
  •  “el avisador” te pilla por sorpresa, (Un poco más abajo te cuento lo que es esto 🙂 )
  • te viene a la mente de forma espontánea y lo haces.

El avisador

Aunque se trata de una técnica muy sencilla, existe un pequeño obstáculo que hemos de tener en cuenta.

Si habitualmente funcionas en modo automático, es muy posible que la simple intención de hacer un Stop a lo largo del día no funcione y te metas en la cama diciendo “Anda, se me ha pasado hacer el Stop… Bueno, para mañana…”

También puede ser que pasen varios días hasta que caigas en la cuenta de que querías hacer el Stop y se te ha olvidado y, en el peor de los casos, te olvidarás definitivamente de que querías hacerlo e incluso de que existe esta técnica.

Tranquil@, no eres ningún zoquete ni tienes que fustigarte por tu mala memoria. Es completamente normal. Simplemente, forma parte del proceso de cambio de hábitos y aprendizaje.

Para salvar este obstáculo, te cuento un truco con muchas variantes: utilizar un avisador.

El avisador es una señal, externa a ti, que te recordará que es el momento de hacer un Stop.

Este avisador puede ser:

  • Una o varias alarmas en el móvil programadas para que suenen cuando tú quieras.
  • Un posit, nota o imagen colocada en algún lugar que veas varias veces al día: la puerta de la nevera, la puerta del baño, encima de la mesita de noche, en el salpicadero del coche, etc… Elige el lugar que prefieras.
  • Un toque de cuenco programado en alguna de las aplicaciones gratuitas que puedes descargarte en el móvil. Yo utilizo MindBell y me va muy bien.

Y, por supuesto, cualquier otro que se te ocurra. Tienes que programarlo, claro, pero si lo haces ahora, te aseguras de que no se te olvidará y podrás disfrutar tus momentos Stop Mindfulness desde ya mismo.

Así que… ¿a qué esperas?

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