Confinamiento Consciente
Hola, ¿Cómo estás?
No es habitual que comience a escribir un artículo de esta manera, aunque tampoco es habitual la situación que estamos viviendo actualmente. Un virus nos ha sacado totalmente de nuestra zona de confort, sin preguntar si queríamos salir de ella o si estábamos preparados para hacerlo.
Cada uno hacemos lo que buenamente podemos por adaptarnos y transitar este momento y así, vemos acciones y reacciones de lo más variadas:
- Personas que se vuelcan en el altruismo ofreciendo sus servicios y su apoyo solidario y gratuito.
- Personas que despiertan o descubren su ingenio y elaboran sketch’s que nos hacen reír… o llorar 😉
- También personas que nos hablan de su aficiones y abren en nosotros una nueva vía interés.
- Y sí, también están esas personas en las que rebosa la irascibilidad y, aún en esta situación complicada, solo pueden responder con la queja, el mal humor y el enfado.
No hay duda de que estamos ante una auténtica crisis que nos afecta de manera global, a todos, y en distintas áreas de nuestra vida: personal, familiar, económica, profesional…
En este post quiero darte algunas pautas y ofrecerte algunos recursos para acompañarte y transitar esta situación conscientemente y de la mejor forma posible.
Accede directamente a lo que más te interese:
¿Qué es una crisis?
En japonés, la palabra crisis está formada por dos caracteres. El primero significa «peligro», «amenaza»; el segundo significa «invención», «cambio», lo cual representa una oportunidad.
危機
Esto se utiliza mucho en coaching para representar que en toda crisis, aunque hay una amenaza o un peligro, también hay una oportunidad.
El peligro suele estar claro y a veces agita tanto las emociones que no nos gustan que hace que las oportunidades pasen desapercibidas y atravesemos la crisis quedándonos solo con lo negativo que han traído.
Sin embargo, la oportunidad existe y quiero llamar la atención sobre ella:
- oportunidad de descubrirte en nuevas facetas,
- oportunidad de descubrir nuevos recursos: tuyos, de quien te acompaña, del entorno,
- oportunidad de llevar a cabo cambios en cosas o situaciones que no te gustan,
- oportunidad de mirar hacia dentro y pasar tiempo contigo.
- En definitiva, oportunidad de crecer y evolucionar.
Una crisis conlleva peligros o amenazas, pero también oportunidades que nos ayudan a crecer y evolucionar.
El confinamiento
Como ya sabemos, en la situación actual, una de las medidas que se ha tomado para evitar la propagación masiva del coronavirus es el confinamiento.
Y…
¿Qué es el confinamiento?
Pues que nos tenemos que quedar en casa… en nuestra casa… el lugar en el que vivimos habitualmente, donde tenemos nuestras cosas. Algunos vivimos solos y otros compartimos esta casa con nuestra pareja, hijos, padres, hermanos, personas de compañía, etc.
Seguro que en muchas ocasiones hemos deseado pasar más tiempo en casa y las obligaciones diarias nos lo han impedido. Para muchos, esa hora de llegada a casa, al atardecer, después de una larga jornada de trabajo, era como un oasis en medio del desierto, el momento de descansar, recuperarse y, en muchos casos, de compartir con los seres queridos.
Sin embargo, ahora parece que esto del «estar en casa», solo o en familia, ya no se parece tanto a un oasis, sino más bien a un campo de batalla.
Soy consciente de que para muchos otros, esa llegada a casa ya era un campo de batalla que ahora se intensifica de manera seria y también de que hay personas que no tienen esa casa a la que llegar y han de buscar otros sitios para guarecerse.
El audio: Confinamiento Consciente
Si te apetece, puedes escucharme en el capítulo del Podcast Sentir y Crecer:
Como es un poquito más largo de lo normal, te incluyo este pequeño índice con las secciones y el minuto en que puedes encontrarlas:
- 0:00 Presentación Podcast y Capítulo
- 1:08 Centramiento
- 2:26 Introducción
- 4:22 ¿Qué es una crisis?
- 7:33 El confinamiento y las emociones
- 10:02 Cómo gestionar las emociones de forma sana
- 15:56 Claves para llevar bien el confinamiento
- 27:29 Propuestas gratuitas online
- 28:32 Resumen
- 31:22 Reflexión final
Confinamiento y emociones
A pesar de que la inmensa mayoría entendemos y aceptamos que este confinamiento ahora mismo es necesario, la salida abrupta de nuestra zona de confort impuesta por un minúsculo virus puede poner patas arriba nuestro sistema emocional.
El que está solo, porque está solo y echa en falta relacionarse y estar con gente. El que está en familia, porque está en familia y echa en falta su espacio personal.
Todos echamos de menos, en mayor o menor medida, nuestra rutina diaria, en la que el automatismo nos guiaba sin tiempo para pensar dónde estoy, con quién estoy o qué estoy haciendo.
Estas preguntas que ahora lanza el inconsciente, unido a un día a día desconocido y lleno de incertidumbres ponen en marcha la montaña rusa emocional y así, en diferentes momentos y días podemos pasar de la frustración, la ira y la impotencia a la tristeza, la nostalgia, la culpa o a la alegría, la ternura, la calma… y un montón de ellas más.
La idea principal que quiero transmitirte sobre esto es que es completamente normal. Y no lo digo en el sentido de «Ah, es normal, no pasa nada». Si no en el sentido de que es un funcionamiento normal del ser humano. No estás trastornado ni te estás volviendo majara.
Somos humanos y, como humanos, cuando se rompe la seguridad en la que vivimos, el sistema emocional se agita y nos lleva de una emoción a otra de una forma un tanto caótica e inesperada.
En la situación que estamos viviendo, es completamente normal que tus emociones varíen y se intensifiquen.
Cómo gestionar las emociones en el confinamiento
El primer paso, indirectamente, ya lo hemos mencionado:
- Comprensión: es normal que tus emociones varíen más de lo normal y es normal para ti y para todo el mundo. A las personas con las que convives, adultos, niños y mayores, también les pasa lo mismo.
A partir de aquí:
- Entrénate en sostener la emoción. Ante una emoción intensa:
- trata de conectar con tu cuerpo: observa las sensaciones corporales y masajea esas zonas en las que la sensación se intensifica,
- atiende a tu respiración y trata de hacerla más lenta.
- Expresa la emoción:
- Habla de lo que sientes, escríbelo, dibuja, cántalo… incluso puedes grabártelo en el móvil para escucharlo después.
- Deja que tu cuerpo se libere: llora, ríe, grita, salta, golpea al aire…
- Pide ayuda: busca a alguien con quien puedas expresarte. Si está en tu casa, lo tienes a mano, si no, llama a algún amigo o contacta con alguna de las personas que están dispuestas a escucharte, como yo misma (más adelante te hablo de esto, pero puedes escribirme ya mismo desde aquí)
Y sobre todo,
- Mucha paciencia: paciencia contigo y paciencia con los demás.
- Si te ocurre a ti, pon en práctica tu entrenamiento:
- conecta con tu cuerpo,
- atiende a tu respiración y
- expresa la emoción.
- Si le ocurre a otra persona puedes:
- Acompáñarle: trata de escucharle y no reaccionar a sus palabras, sobre todo si son de ataque. Entiende que es producto de la emoción, permite que se exprese y después, cuando haya pasado la emoción, si lo ves oportuno o necesario, habla con ella desde la calma.
- Darle espacio para que pueda gestionar la emoción. Quizás solo necesita estar a solas un rato.
- Si te ocurre a ti, pon en práctica tu entrenamiento:
Claves para llevar bien el confinamiento
A pesar de toda esta adversidad e incertidumbre que nos rodea, hay cosas que podemos hacer para sentirnos bien y sembrar las semillas que nos llevarán a recoger los frutos de este intenso confinamiento.
Establece una nueva rutina
Estar cada día viendo cómo pasa el tiempo es como una llamada a voces al aburrimiento, la irascibilidad y la desesperación. Es decir, hará que se intensifiquen las emociones que no te gustan.
Así que ¡es hora de reinventarse!
Divide tu día en tiempos y dedica cada tiempo a una actividad.
Es importante que incluyas un tiempo para:
- Asearte: son muchos días los que vamos a estar en casa y, seguramente, estés en pijama, chandal o ropa de andar por casa. Aún así, no descuides tu aseo diario y sí, también puedes vestirte de calle algún día para comer, cenar o compartir una video conferencia.
- Trabajar o realizar una actividad similar: Si teletrabajas desde casa, esta parte ya la tienes cubierta. Si no es así, establece un tiempo para dedicar a una actividad que se asimile al trabajo, como puede ser:
- Estudiar o investigar algún tema que te guste, ya sea que le estuvieras haciendo hasta ahora o alguno de esos temas a los que siempre te has querido dedicar y no has podido por no tener tiempo.
- Orden y limpieza: además del que tú consideres adecuado para mantener un entorno saludable cada día, dedica ese tiempo extra a liberar esos cajones y armarios a los que tienes ganas.
- Mover el cuerpo: El aislamiento reduce nuestro espacio de movimiento, pero es importante mantener el cuerpo activo para liberar la tensión emocional y conservar el tono muscular.
Como sabes, a mí me encanta el yoga, es mi actividad física favorita, y te la recomiendo encarecidamente, pero en estos momentos, no te dediques solo a esto. Incluye también alguna práctica dinámica como fitness o baile, algo que haga subir las pulsaciones de tu ritmo cardíaco.
Solo tienes que entrar en youtube y encontrarás una amplia oferta gratuita que te guiará en tu práctica. Por ponerte algún ejemplo, a mí, en cuestiones de yoga, me gusta mucho Xuan Lan y, por supuesto, la plataforma Gaia, aunque ésta es de pago. Para algo más cardio, he descubierto a Patry Jordan y su gymvirtual.
- Relacionarte: aunque estés acompañado, busca también relacionarte con tus amigos y familiares externos. Afortunadamente, hoy en día tenemos unos medios de comunicación que nos permiten vernos y aumentar la cercanía con las personas que tenemos lejos. Aprovéchalos.
- Reservarte un tiempo para estar a solas: Aunque pueda parecerlo, no es contrario al punto anterior, sino complementario. Necesitamos estar con gente, pero también necesitamos espacio para nosotros mismos. Si estás conviviendo con más gente, negociad vuestros espacios privados.
Utiliza estos espacios para estar contigo: cuídate, date un buen baño, mira por la ventana, lo que te apetezca…
- Meditar y practicar minfulness: lleva consciencia a lo que está pasando en ti en estos días, a las emociones que se te mueven, a los pensamientos que aparecen en tu mente y a las acciones que llevas a cabo. Serenar tu mente y reequilibrar el cuerpo y la respiración te ayudará a cultivar la calma que tanto necesitamos ahora.
- Descansar: seguramente, a estas alturas, ya te habrás dado cuenta de que estar en casa todo el día puede resultar agotador. Dedica tiempo a tu sueño y procura que sea un sueño de calidad. Trata de relajarte antes de ir a dormir y, si lo necesitas, echa también una pequeña siesta.
Cuida tu alimentación
- Alimenta tu cuerpo: el número de visitas que hacemos al frigorífico suele aumentar cuando pasamos mucho tiempo en casa y la mayoría de ellas, no tienen nada que ver con el hambre… al menos, con el hambre estomacal.
Date cuenta del tipo de hambre que te llama en cada momento y busca la forma de de satisfacer cada uno de ellos.
Trata de llevar una dieta sana y equilibrada y utiliza la fruta o pequeños snacks bajos en calorías para esas comidas entre horas y, por supuesto, cuando lo necesites, date ese capricho que te apetece.
- Alimenta tu mente: sí, también podemos darnos atracones mentales que sientan igual de mal que los del estómago. Tu mente se alimenta de lo que ves, de lo que escuchas y de lo que piensas.
En estos días estamos saturados de información por eso es importante establecer tus límites y seleccionar la información de la que quieres nutrirte.
Define el tiempo que quieres dedicar a informarte, selecciona las fuentes que te resulten fiables, contrasta la información que recibes y ¡ya! … desconecta hasta el día siguiente.
- Alimenta tu alma: El alma se expande con la armonía, la paz y el bienestar, algo que en estos días hemos de cultivar de forma consciente para no perdernos en el protagonismo que ha adquirido la incertidumbre y el caos.
Busca tus momentos para para hacer, escuchar, ver y leer cosas que te inspiren, que te conecten con tu paz interior y que cultiven el sentido de Unidad.
Elige películas y libros que te nutran, escucha mantras y músicas que toquen tu corazón, ofrece ayuda a quien puedas, dedica alguna oración a los seres que han fallecido y a sus familias, regala escucha y conversación a otras personas…
En definitiva,
dedica un tiempo a conectar con tu parte más íntima, con tu Ser interno, con tu propia alma.
Busca la ayuda que necesites
Aunque estés en tu casa, gracias a la tecnología, tienes a tu alcance a un montón de personas y profesionales que están ofreciendo su ayuda de forma desinteresada.
Desde personas que se ofrecen para ir a comprar hasta terapeutas, psicólogos y profesionales del crecimiento y desarrollo personal que están abriendo sus consultas de forma altruista.
Estar bien tú es una forma de colaborar a que todos estemos mejor.
Por mi parte, durante este confinamiento, pongo a tu disposición dos espacios gratis online que te pueden ayudar. Aunque ya te he hablado de ellos a lo largo del post, te los resumo de nuevo aquí:
- Uno es en grupo y se trata de un espacio de meditación y mindfulness online para cultivar la calma y gestionar las emociones que se mueven estos días.
- El otro es un espacio individual de acompañamiento terapéutico. Las sesiones que necesites y sean convenientes durante todo el confinamiento.
Aquí tienes toda la información de los dos:
Reflexión final
Bueno, pues hasta aquí este post que he preparado con especial cariño.
Espero que te haya gustado y te resulte útil.
En una invitación a la reflexión, me despido con esta frase de Alexander Graham Bell, científico e inventor que patentó el teléfono y contribuyó enormemente al desarrollo de las telecomunicaciones:
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