Cómo lograr tus objetivos
¿Te imaginas terminar el año diciendo ¡lo conseguí!?
Con cada comienzo de año solemos crear una interminable lista de cosas que queremos hacer… esas mismas que pensamos el año anterior y nos recordamos en septiembre, a la vuelta del verano, pero que siguen sin ver la luz de la realización.
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¿Por qué hay algunos objetivos que se te resisten?
En mi opinión, hay dos factores claves que hacen que a veces no puedas lograr tus objetivos y que actúan de forma previa a cualquier formulación que hagamos, por muy bien hecha que esté.
Además, en la mayoría de los casos, somos inconscientes de estos dos factores, por lo que año tras año, nos proponemos las mismas cosas y año tras año recogemos la frustración de ver que no lo hemos conseguido.
¿te ha pasado esto alguna vez?
… a mí sí… unas cuantas… y todavía me sigue pasando, pero ahora sé por qué y qué hacer
… ¿me acompañas?
Podcast Sentir y Crecer: el audio
Si prefieres escucharme en audio, aquí tienes el capítulo:
Factores que te impiden lograr tus objetivos
- El primer factor que nos puede sabotear es la base del objetivo.
Si el objetivo está basado en una creencia o en una obligación y no en lo que verdaderamente quieres o sientes, lo que ocurrirá es que para cumplirlo, tendrás que ir en contra de ti mism@ y eso lo único que hará será generar malestar y lucha interna.
Por ejemplo, uno de los objetivos más habituales en esta época es “apuntarse a un gimnasio o hacer más deporte”, pero este objetivo, a menudo viene de la creencia de que “si hago eso, me encontraré mejor”.
No hay duda de que el deporte beneficia el cuerpo; pero si tu motivación para hacerlo no está en consonancia con tus valores y con tus anhelos profundos, puede generar incluso el efecto contrario… que desarrolles un rechazo enorme por cualquier práctica deportiva.
Igualmente, si tienes un objetivo que consideras una obligación (como puede ocurrir con algún objetivo laboral fijado, erróneamente, sin tener en cuenta tus valores), tendrás que conectar con el valor esencial para ti que te impulse a conseguirlo o la carrera hacia su logro será ardua y pesarosa.
Puede que llegues a conseguirlo, sí, pero en uno y otro caso será un «por narices» o «por coj…» en lugar de hacerlo desde el disfrute y la fluidez.
Por tanto, si quieres alcanzar tus objetivos y además disfrutar del proceso,
asegúrate de que los objetivos estén basados en tus valores y anhelos profundos.
- El otro factor por el que solemos fracasar a la hora de lograr un objetivo es que, ya desde el inicio, no nos consideramos capaces de lograrlo y, como una profecía autocumplida, si creo que no seré capaz, el tiempo me demostrará que no lo soy.
Sí, ya sé… quiero apuntarme al gimnasio, pero si escucho bien a mi mente tal vez la oiga decir cosas como “¡pero a dónde vas tú… si te mueves como un pato!” o “jo, es que la gente lleva ya mogollón de tiempo y lo hace genial… haré el ridículo…”
La confianza en uno mismo para alcanzar los objetivos que nos proponemos es clave y no me refiero a decir “venga, que sí, que puedo…”. Me refiero a tener la certeza absoluta de que “puedo hacer esto y lo que yo me proponga”.
Si en nuestra mente está la idea de que no podemos alcanzarlo, nos enfocaremos en los problemas y las trabas que van apareciendo en el camino, mientras que si tenemos plena confianza en nosotros mismos, el enfoque irá hacia las oportunidades y las soluciones y eso es precisamente lo que atraeremos hacia nosotros.
Solo si verdaderamente confío en mí, podré aprender y disfrutar del camino hacia el objetivo independientemente del resultado y en la mayoría de los casos, “curiosamente”, el resultado será el de “objetivo cumplido y enriquecido con un montón de cosas que no había ni llegado a imaginar”.
Aquello en lo que crees, es lo que creas. Cree que es posible y lo crearás.
Cómo lograr tus objetivos
Hay muchas reglas que nos hablan de cómo formular objetivos y, si estás más o menos familiarizado con la terminología empresarial, te sonará eso de que los objetivos deben definirse en positivo y ser concretos, medibles, alcanzables, etc, etc.
Sin embargo, antes de entrar a hacer este testeo, te invito a comprobar si tu objetivo está a salvo de los saboteadores que hemos visto en el apartado anterior.
Para lograr tus objetivos, primero libérate de los saboteadores inconscientes.
Para empezar, tómate tu tiempo para revisar tu lista de cosas pendientes o elaborar una nueva lista de objetivos.
Inicialmente te recomiendo elegir unos pocos… uno o dos, como máximo, y a medida que te familiarices con el proceso y los vayas cumpliendo, ya irás añadiendo nuevos retos.
Es importante que no lo dejes solo en un pensamiento mental. Escribe tus objetivos en un papel y, además de escribirlos, respíralos…
Práctica: ¿Para qué quiero hacer esto?
Tómate un tiempo en el que sepas que no te van a molestar, siéntate… tómate un café… puedes incluso hacerlo mientras paseas por algún sitio que te inspire…
Elige un objetivo y pregúntate “¿para qué quiero hacer esto?”.
Generalmente, la primera respuesta que te venga te resultará sobradamente conocida e incluso estarás hart@ de repetírtela… pero te diré que esta no es la importante.
… Sigue preguntándote para qué…
Lo verdaderamente importante empieza cuando te preguntas: ¿para qué quieres ese para qué? … y ¿para qué quieres “ese nuevo” para qué?… y ¿para qué quieres “ese otro nuevo” para qué?…
No busques respuestas razonadas… más bien, lanza la pregunta al aire, deja que tu mirada se pierda en el vacío, y observa las respuestas que van apareciendo en tu mente… sin pensar… deja que aparezcan…
Solo cuando llegues al último para qué, encontrarás la motivación suficiente para ponerte en marcha o… quizás descubras que lo que de verdad es importante para ti, no lo conseguirás “yendo al gimnasio”, sino de otra manera que te genera paz y tranquilidad… que fluya contigo…
Encuentra tu verdadero para qué y encontrarás cómo lograr tus objetivos “sin esfuerzo” y desde el disfrute y la confianza en ti.
Lo reconocerás porque la evidencia te envolverá… tu cuerpo se relajará, se hará la calma en tu mente y tu corazón se llenará de plenitud y satisfacción.
Esto no quiere decir que vaya a ser “coser y cantar”. Dependiendo de tu objetivo, tendrás que trabajar más o menos o poner mayor o menor empeño; pero si contactas con tu verdadero para qué, la satisfacción de ir hacia algo que “es tuyo”, que anhelas desde tu propia esencia, hará que disfrutes del camino a pesar de las veces que tengas que dar un paso atrás y reiniciar la marcha.
Práctica: Voy a por ti
Una vez identificado tu para qué, elige otro momento distinto… te recomiendo que dejes pasar un tiempo entre esta práctica y la anterior… al menos un día… para que puedas empaparte y disfrutar las sensaciones que te genera tu último para qué.
En esta ocasión te recomiendo que te sientes para hacer la práctica… también en un lugar tranquilo en el que no vayan a molestarte.
… vuelve a leer tu objetivo… toma una respiración profunda y piensa “voy a por ti”…
Observa entonces lo que ocurre en tu cuerpo… qué sientes en el abdomen… qué sientes en el pecho… en la garganta… ¿aparece alguna sensación?… inquietud… calor… opresión… expansión…
… ¿aparece alguna emoción?… ¿alegría?… ¿miedo?… ¿tristeza?…
… ¿Qué dice tu mente a todo esto?… ¿te apoya o te sabotea con frases como “no vas a poder”, “esto es una tontería”, “los demás se van a reír de ti!…?
… Recuerda ahora tu para qué y respira las sensaciones que te traía…
Dile ahora a tu objetivo:
“veo las sensaciones que hay en mi cuerpo… veo las emociones que me despiertas… escucho lo que dice mi mente… y, con todo esto, “voy a por ti”…
… voy a por ti… voy a por ti… voy a por ti… estate ahí el tiempo que necesites…
… toma una respiración profunda…
… y ya estás list@ para testear tu objetivo, hacerlo concreto, medible, alcanzable, etc. y hacer tu plan de acción para ponerte en marcha.
Enhorabuena, Melania.
Me ha gustado mucho. Conectar con los propios valores y tener la confianza que se pueden alcanzar, disfrutando del camino.
Excelentes consejos.
Gracias!
Gracias a ti José Maria!
Veo que has captado magistralmente el detalle «disfrutando» 🙂
Una abrazo fuerte.
Melani me ha encantado.
Solamente quiero aportar que para mí está muy bien celebrar el año nuevo con los míl famosos propósitos que luego no se cumplen y que se repiten año tras año. Este año he aprendido que está muy bien proponerlos pero que mis pequeños retos son diarios. Que da igual que sea 1 de enero, 2 de febrero o 3 de marzo. Cada día tengo un pequeño propósito para trabajar y decir… a por el !!
Me haces mucho bien.
GRACIAS
( que conste que esto ya para mí es un esfuerzo. No me gusta nada escribir comentarios ni sugerencias ni reviews… nada de nada; pero fíjate, esta vez me ha salido solo 😉
Claro que sí, darling… sobre todo:
«amor a uno mismo, paciencia y mucho respeto a nuestros tiempos»
… y si además podemos añadir un poco de luz a nuestro inconsciente… bienvenido sea 😉
Muchas gracias por tu esfuerzo.
Un abrazo fuerte.